En la cultura popular, existe muchas veces la creencia de que los gatos son animales fríos y distantes, a diferencia de nuestros amigos los perros, cálidos y afectuosos. Pero ¿es esto real? Sin duda, si tienes a tu cuidado o has tenido a un felino sabrás que esta afirmación no es cierta, puesto que los gatos también sienten un amplio rango de emociones y expresan afecto de las formas más diversas.
Aún así, si alguna vez te has preguntado si los gatos tiene sentimientos, te aconsejamos que te leas este artículo de ExpertoAnimal, en el cual te queremos explicar cómo sienten los gatos para que puedas entender a mejor a tu peludo.
Sentimientos y emociones de los gatos - Diferencias
Primero de todo, es necesario saber distinguir entre sentimientos y emociones, pues pese a que ambos conceptos están relacionados, popularmente solemos confundirlos. Estos dos términos son bastante abstractos y atados a la experiencia subjetiva de cada individuo, sin embargo, para saber cómo sienten los gatos, es necesario saber identificar cada uno.
¿Qué son las emociones?
Cuando nos referimos a las emociones, solemos referirnos en el campo de la psicología como un conjunto de respuestas neuroquímicas y hormonales que nos predisponen a reaccionar de cierta manera ante un estímulo concreto. Por ejemplo, la visión de una serpiente puede producir para muchos animales (como un ratón) una respuesta inmediata de miedo. Esta emoción se habría debido a una activación del sistema límbico como un respuesta adaptativa al entorno, en este caso, ante un estímulo que amenaza la integridad física del individuo.
¿Qué son los sentimientos?
Ahora bien, entonces ¿qué es un sentimiento? La respuesta a esta pregunta es sencilla, pues similar a las emociones, los sentimientos están muy relacionados con el sistema límbico, pero estos se distinguen en que incluyen la evaluación consciente que hacemos de la experiencia.
¿Cómo sienten los gatos?
Ahora que sabemos la diferencia entre emoción y sentimiento, es más fácil comprender cómo sienten los gatos. Pero para entenderlo, es necesario evitar usar nuestra perspectiva humana de comprender el mundo y ponernos en la piel del gato, pues nosotros somos animales con la capacidad de reflexionar sobre nosotros mismos, cosa que nos permite formar un autoconcepto, distinguirnos del resto de individuos y sentir emociones complejas como la culpabilidad o la vergüenza.
No podemos, por lo tanto, atribuir esta autoconsciencia a los gatos, ya que no está demostrado que la posean y puede dar pie a equivocaciones, como dar por hecho que si riñes a tu gato este puede entender que ha hecho algo mal.
¿Qué quiere decir esto? En el caso de los gatos, estos son animales puramente emocionales, los cuales responden a distintas situaciones de la forma más adecuada: sienten miedo ante estímulos que son percibidos como peligrosos o desconocidos, alegría hacía estímulos gratificantes… Por esta razón, no podemos decir que los gatos tengan sentimientos como tal, sino que viven el aquí y el ahora y no necesitan reflexionar acerca de sus propias experiencias, sino aprender de ellas. Y es que, aunque las respuestas emocionales sean básicas e inmediatas, estas evolucionan con el paso del tiempo en función de las experiencias adquiridas en distintas situaciones y ante distintos estímulos. De este modo, no es extraño, por ejemplo, que un gato tenga miedo a los perros, pero a su vez se muestre afectuoso con el perro con el cual vive en casa, debido a que este último no representa una amenaza para él y ha creado un vínculo afectivo.
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